Hay personas que no tienen ninguna dificultad para expresar lo que sienten. Otras, en cambio, encuentran muy difícil hacer saber a los demás cual es su estado emocional. Piensan que es algo privado y prefieren reservarlo para sí mismas. Desde un punto de vista del comportamiento social ambas opciones son válidas y no se puede decir que una de ellas sea la recomendable. Ahora bien, desde la perspectiva del liderazgo es conveniente que puedas expresar tus emociones cuando estimes que es lo adecuado. No se trata de dejarte llevar por lo que sientes, sino de tomar la decisión consciente y voluntaria de transmitir el impacto emocional que te provocan ciertas situaciones. Si eres de esas personas a las que les cuesta expresar sus sentimientos puedes probar estas tácticas:
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Comienza anotando la expresión de las emociones con frases cortas. Por ejemplo: «me molesta que…», o «esta situación me pone de mal humor…»
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No hace falta que las compartas, de momento. Son sólo para ti.
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También puedes probar con emociones positivas: «me hace feliz saber que…», «me encanta ver que…»
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Comienza practicando con situaciones fáciles en las que expreses sentimientos sin estridencia.
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Atrévete a expresar tus emociones en situaciones concretas en las que te interese que los demás las conozcan.
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Observa el impacto que tiene esto en los demás.
