Yo tenía un jefe que en los momentos de crisis decía «en el centro del huracán siempre reina la calma». Los filósofos griegos llamaban a esta cualidad ataraxia y le definieron como la capacidad de mantener la serenidad y la calma, incluso en situaciones complejas. Los líderes eficaces soportan la presión. De hecho, trabajan mejor bajo un cierto nivel de intensidad y encuentran poco estimulante trabajar de forma relajada. Es más, cuando las cosas se ponen más tranquilas, se buscan nuevos desafíos. La mayoría de las veces, sin embargo, no somos capaces de regular el nivel de intensidad que nos llega y la presión se desata cuando menos lo esperamos. Los buenos líderes se descubren en los momentos difíciles, cuando mantienen la cabeza fría para pensar y no se dejan embargar por el miedo a un resultado desastroso o a un desenlace indeseado de la situación. Cuando la persona que está al frente del equipo se mantiene serena transmite esa calma a los demás y el nivel de confianza se refuerza. Estos son algunos consejos para aprender a mantener la tranquilidad en momentos difíciles.
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Ante situaciones de tensión, busca los aspectos objetivos de lo que está ocurriendo y distánciate de las implicaciones emocionales.
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Piensa en lo que haría alguien que tu conoces y aprecias y que mantendría la cabeza fría en esa situación.
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Piensa en esta sencilla pregunta: ¿Si estuviera completamente tranquilo, qué haría ahora?
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Desaloja completamente los pensamientos negativos. ten en cuenta que, estadísticamente hablando, un 99% de las cosas que tememos nunca ocurren.