Comprométete con las misiones en las que te involucras

A veces nos dejamos llevar por el impulso de abrir proyectos nuevos, de iniciar actividades que nos resultan muy atractivas o que despiertan nuestra curiosidad. No nos damos cuenta de que la energía que poseemos, aunque sea mucha, no deja de ser limitada y no se puede aplicar con la misma intensidad a todo lo que hacemos. Hay una ley fundamental de la física que dice que la energía no se crea ni se destruye, sino que se transforma. La que dispersamos en proyectos o tareas con los que luego no podemos comprometernos a fondo se detrae de otros que requieren nuestro enfoque más intenso y se transforma en frustración. Los líderes más eficaces conocen bien esta regla y se comprometen a fondo con aquellas misiones a las que pueden aportarles la intensidad que requieren. Tú puedes practicar a partir de estas ideas:

  1. Sé selectivo con los proyectos o misiones en los que te involucras.
  2. Cíñete a aquellos proyectos con los que puedes comprometerte en mayor grado.
  3. No pierdas energía en cosas que te dispersan y te alejan de tu objetivo.
  4. Comprométete con todo aquello con lo que sepas que puedes cumplir con tu compromiso.
  5. Acuerda con los demás actores de la misión, cuál es el grado de compromiso que requieren de ti y ajústalo a tus  posibilidades.