Comprender las emociones de los demás es un don y también una cualidad que puede desarrollarse con facilidad. Para conseguirlo hay que ser valiente y enfrentarse a las emociones de una manera abierta, tranquila, observadora. Por lo general, nos da respeto —y, a veces, miedo— ponernos delante de las emociones porque, por un lado, pensamos que nos es cosa nuestra, y, por otro, no sabemos bien qué hacer con ellas. Para poder practicar la empatía podemos empezar por entender bien nuestros propios sentimientos y su impacto. También podemos practicar con estas actividades:
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Presta atención a las posibles emociones que se reflejan en la relación con los demás.
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Si no comprendes qué emociones sienten puedes preguntárselo con respeto.
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Fíjate en los posible cambios y reacciones en las relaciones con los demás.
