Seguir las corrientes generales de pensamiento y el pensamiento convergentes son tendencias peligrosas para el desarrollo saludable de un equipo que tiene que enfrentarse a misiones complejas. Nada hace más daño a la innovación que seguir las corrientes establecidas por la mayoría. Cuando esto ocurre las personas tendemos a alinear nuestra opinión y nuestra forma de pensar a las de los demás. Las ideas creativas se neutralizan y el pensamiento colectivo se estanca. En un mundo tan cambiante y vertiginosamente dinámico como el nuestro no es posible permanecer en una posición relativamente estática. O avanzas en una dirección o retrocedes en el sentido opuesto. No hay término medio.
Por eso es esencial aceptar la diversidad de criterios y de puntos de vista de las personas que forman parte del equipo. Es absolutamente vital fomentar esa diversidad y estimular el pensamiento crítico porque solo de las ideas diferenciales surgirán las soluciones a los grandes desafíos. Estas son algunas cosas que puedes poner en práctica para facilitar el valor de la diversidad:
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Promueve los perfiles diferenciales y dejo claro el valor que aportan.
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Ayuda a establecer una cultura que facilite pensar de manera diferente.
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Me aseguro de que el pensamiento divergente no es excluido.
