Una función clave en el ejercicio del liderazgo es articular la visión en una meta compartida con el equipo. ¿Qué hay que hacer para alcanzarla? Hay un axioma que dice que todos los caminos son erróneos cuando uno no sabe dónde va. La pregunta es ¿cuál escojo cuando ya sé cual debe ser mi destino? La mejor respuesta es: «el que te lleve derecho a tu objetivo». Por eso, parte del proceso de liderar está relacionado con aterrizar la meta a un objetivo tangible y estimulante y con trazar los planes adecuados para alcanzarlo. Han de ser planes concretos, precisos, bien pautados y que permitan un seguimiento regular. Hay dos cosas muy importantes: corregir los planes cuando no aportan resultados y celebrar los éxitos. No lo olvides. Estos consejos te ayudarán a recordarlo:
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Diseña planes concretos para cada objetivo.
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Define los pasos de esos planes con precisión.
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Haz un seguimiento cercano y frecuente de los planes.
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Establece premios si se alcanzan los objetivos previstos.
