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Fortalezas y debilidades

Los buenos entrenadores conocen las capacidades y limitaciones de su equipo y trabajan para potenciar las primeras y conseguir que las segundas no impidan alcanzar los objetivos que se ha propuesto. Los mejores entrenadores no son los que entrenan a los mejores equipos, sino los que obtienen lo mejor de cada uno de los individuos que forman el equipo, fomentando el desarrollo de sus fortalezas y gestionando sus debilidades. ¿Te imaginas a un entrenador de baloncesto tratando de mejorar la velocidad en carrera para salir al contraataque en un pivot de dos metros treinta? Es obvio que cada posición en el campo requiere unas cualidades de terminadas. Las personas que ocupan cada posición deben desarrollar las habilidades que son esenciales para esa posición y no perder el tiempo con otras menos relevantes. No centrará sus esfuerzos en combatir debilidades que no son críticas para el desempeño de una función.

Igualmente, un líder debe buscar los elementos distintivos de los componentes de su equipo y reforzarlos de manera que se complementen y combinen entre sí. Por eso es importante que cada uno conozca a fondo sus fortalezas y debilidades. Cada componente del equipo debería hacer un inventario exhaustivo de sus fortalezas y sus debilidades, para poder desarrollar más aún las primeras y gestionar las segundas. Aquí, gestionar significa decidir qué hacer con los puntos débiles. En general, se puede elegir entre 5 estrategias diferentes:

  1. Desarrollar una debilidad lo mínimo como para que no sea un obstáculo para alcanzar los objetivos:Si hay algo que se convierte en un auténtico freno para nuestro rendimiento es imprescindible trazar un plan de mejora que permita eliminar su impacto negativo en los resultados. Durante unos meses trabajé como coach de un agente comercial que se mostraba siempre crítico con sus jefes. Era su forma de tratar de obtener más apoyo y atención, pero conseguía el efecto contrario porque no suele ser lo habitual que a los jefes les guste que sus colaboradores critiquen regularmente lo que hacen. Pronto fue consciente de que este comportamiento era un freno en su carrera y se puso a trabajar para eliminarlo.
  2. No hacer absolutamente nada al respecto:Hay debilidades que son inocuas de cara a los objetivos establecidos. En ese caso, es mejor no prestarles ninguna atención. Una persona muy cercana a mi familia alcanzó el éxito siendo todavía muy joven. Con menos de 25 años ocupaba un cargo importante en una institución pública y había gestionado excelentemente su patrimonio, de forma que siempre ha podido disfrutar de una situación económica envidiable. Durante los primeros años de su carrera trató de aprender inglés con un resultado desastroso. Tras varios intentos, descubrió que no necesitaba dominar otro idioma para triunfar en su vida, así que decidió no dedicarle más esfuerzo a ese cometido.
  3. Delegar la debilidad en otra persona:Cuando algo se convierte en un suplicio para ti, pero no para alguien cercano que, además, lo hace de maravilla y disfruta haciéndolo, no se puede desaprovechar esa oportunidad. Conozco a un directivo que es un excelente líder visionario, con gran capacidad de comunicación y muy bueno consiguiendo que los demás se enganchen con energía a sus proyectos. Sin embargo, es una persona muy desordenada. así que decidió que siempre contrataría a sus asistentes bajo la premisa de que fueran personas extremadamente ordenadas y organizadas y que realmente disfrutaran con ello. Ahora agrega la capacidad de organización delegada a las cualidades de su posición.
  4. Negociar un intercambio:Lo que para alguien puede ser una debilidad limitante para otra persona, en cambio, puede ser una fortaleza destacada. En ocasiones se puede llegar a un acuerdo con alguien que se siente muy a gusto haciendo lo que nosotros no soportamos y, por justa reciprocidad, aceptando que nosotros hagamos lo que para esa persona es un desafío. Un cliente había montado su propia consultora con otro socio. Al principio, los dos se dedicaban simultáneamente a visitar clientes, preparar propuestas, diseñar las actuaciones y ejecutarlas. La persona con la que yo trabajé era muy buena en la preparación de las propuestas y, sobre todo, en el diseño y ejecución de los proyectos, mientras que su socio ejercía las labores comerciales con mucho éxito. Pronto llegaron a un acuerdo para separar las funciones y enfocarse cada uno en aquello en lo que resultaba más útil y les permitiera optimizar sus energías.
  5. Compensar una debilidad con una fortaleza:Es la estrategia más sofisticada y a la vez más exitosa para gestionar debilidades. Si somos flojos en algo que, además, no nos gusta hacer, quizá podamos compensar su efecto con aquello en lo que nos sentimos más fuertes y nos genera más satisfacción. Una directiva ocupaba el cargo de Directora Comercial en una empresa mediana dedicada a la importación de soluciones tecnológicas de seguridad. Llevaba ya unos cuantos años desempeñando funciones similares y, sin embargo, no era especialmente eficaz ni dinámica iniciando relaciones comerciales. No obstante, su talante le permitía establecer relaciones sólidas y de confianza con los clientes que ya había establecido. De hecho, aunque ella misma conseguía abrir pocos clientes nuevos, era capaz de alcanzar sus objetivos con el negocio generado con los clientes ya establecidos.

 

Como decía al principio, un buen líder – al igual que un buen entrenador – debe conocer las cualidades y limitaciones de los miembros de su equipo. No solo eso; también debe conseguir que el equipo sea consciente de sus fortalezas y debilidades como conjunto y trazar planes para potenciar los puntos fuertes y gestionar los débiles. En esto, su labor es muy parecida a la de un coach que trabaja para el desarrollo de su equipo.