Decía Lord Kelvin que lo que no se puede medir no se puede mejorar. Tus buenas intenciones de mejora se pueden ir al traste si no las conviertes en objetivos específicos y en planes concretos para alcanzarlos. Deben ser lo más detallados posible, realistas y ajustados a los recursos que están a tu alcance. Estas acciones podrán ayudarte a diseñar buenos planes de mejora:
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Identifica tus objetivos con precisión.
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Diseña planes concretos para alcanzar los objetivos.
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Define los pasos de esos planes con detalle.
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Identifica posibles obstáculos y la forma de salvarlos.
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Haz un seguimiento frecuente de los resultados de los planes.
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Diseña planes alternativos y contingencias al plan principal.
