Todo grupo se personas que mantienen algún tipo de relación entre ellas cuenta con reglas internas —la mayoría de las veces no escritas— que determinan la forma en que se ejercen esas relaciones. De la misma manera que cada país mantiene su cultura y sus costumbres, las organizaciones o los equipos también lo hacen. Algunas personas perciben magistralmente esas reglas y se adaptan a ellas como camaleones. Se integran y pronto se convierten en «uno de los nuestros». Si no eres una de ellas puedes echarle un vistazo a los consejos que te incluyo a continuación:
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Observa sin prejuzgar cuáles son las reglas tácitas de un grupo. Si no las identificas, pregunta abiertamente cómo se hacen ciertas cosas.
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No critiques lo que no entiendes. Es posible que exista alguna causa que desconoces. Pregúntalo.
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Es muy difícil cambiar las costumbres. No quieras imponer costumbres nuevas. Los cambios más profundos se producen poco a poco.
